viernes, 8 de abril de 2016

Profesionales comodines


Profesionales Comodines

En un encuentro entre técnicos de la empresa para la que trabajo, los encargados de las actividades de cada centro residencial debemos hacer una puesta en común sobre los programas y talleres que se llevan a cabo. Hay personal trabajador de diferentes puntos del país y uno de los objetivos que la empresa persigue con este encuentro es que copiemos las ideas más “punteras” realizadas con los mayores. Aquellos programas o actividades con mayor éxito, que salen en la prensa, que tienen más “me gusta” en el Facebook y que por tanto, pueden llegar a más ojos de futuros clientes.
Los perfiles profesionales no son los mismos. Hay terapeutas ocupacionales, psicólogos y animadores socioculturales, entre otros. A la hora de la presentación de las actividades que se llevan a cabo, observo que se hace un recorrido temporal, desde el mes de Enero hasta el mes de Diciembre. Visita de los Reyes Magos, Carnaval, Semana Santa, Ferias, Actividades de Verano, Navidad…así como mención a talleres de memoria, de estimulación cognitiva, manualidades, salidas, encuentros etc.
Yo me planteo…si tanto el psicólogo, como el animador, como el terapeuta ocupacional, realizamos las mismas actividades en residencia, ¿en qué se diferencian nuestros perfiles? ¿en qué se diferencian nuestras intervenciones? ¿realmente se aprovechan lo suficiente nuestras especialidades o se busca al profesional “comodín”?
Y ahora pregunto a los terapeutas ocupacionales ¿Qué sucede con las intervenciones individuales más allá de las realizadas en actividades básicas de la vida diaria como ducha, aseo, vestido y alimentación? Estamos formados para buscar ocupaciones que den sentido a la vida de la persona. Que tengan un significado potencial. ¿Se puede hacer esto con 20 residentes a la vez? Algunos de mis compañeros terapeutas dicen que su empresa no les permite intervenir solo con una persona y “dejar” a todos los demás sin hacer nada. Sin embargo, nunca se nos ocurriría decir que si un médico, o un fisioterapeuta, o un trabajador social interviene con una sola persona, “deja sola” al resto. Si esto es así, hay que actuar para cambiarlo y la mejor manera es demostrar los resultados de estas intervenciones. El buen profesional lucha por ofrecer calidad en su trabajo, y si éste se ve siempre limitado a actividades grupales y cuanto más numerosas mejor, la calidad, se ve mermada.
Las actividades grupales son realmente necesarias en una residencia de personas mayores, pero no podemos dejar de lado la particularidad de cada persona. Cada una, con una historia de vida diferente (única) y, por tanto, con metas específicas por plantear. Evolucionemos en este sentido y hagamos ver a la empresa, así como al resto de profesionales con los que compartimos nuestro día, cómo los resultados obtenidos a título individual son más fáciles de mantener, sin dejar de lado las intervenciones grupales.

AOS, Marzo 2016

Más infor en Asociación Ocupación con Sentido

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